Fansubbing vs. traducción-adaptación

Fansubbing: ¿un nuevo peligro para los traductores?

El fansubbing, oficialmente nombrado “subtitulado salvaje” en Francia, designa los subtítulos de series/películas que acaban de estrenarse en su país de origen, realizados de manera voluntaria por fans. Una práctica que se puede alabar a primera vista porque se trata del reparto con otros fans del último capítulo de su serie preferida desde su estreno (o casi).

Fansubbers VS traductores-adaptadores

Es verdad que esta práctica responde a una fuerte demanda. Nosotros, espectadores y telespectadores, nos negamos a esperar el doblaje para ver nuestra serie preferida en nuestro idioma materno, que llega en general meses después de su estreno en el país de origen. Entonces, aceptamos ser poco exigentes con la calidad de los subtítulos (y de la misma manera, con la ley) y descargamos la versión subtitulada por fans abnegados desde el día siguiente e incluso unas horas después de su emisión en VO.

Esta práctica aparentemente altruista de hecho tiene consecuencias importantes sobre la actividad misma, ya que es un verdadero trabajo, con reglas técnicas que respetar, competencias que dominar y traductores profesionales para cumplirlo. Se llaman traductores-adaptadores en el ámbito audiovisual. La asociación francesa que les representa (Association des Traducteurs Adaptateurs de l’Audiovisuel, o ATAA) ha denunciado hace poco el subtitulado salvaje, en una carta contestando a un artículo que describía esta práctica de manera bastante parcial en Le Monde Diplomatique. Aquí está un extracto traducido al español:

Hacer creer que cualquiera puede subtitular un capítulo de una serie de manera satisfactoria, sin conocimientos profesionales y en detrimento de todas las de la ley tiene claramente como consecuencia la de desvalorizar la profesión ante los contratistas tanto como ante la opinión pública. (…)

El fansubbing alimenta una lógica del “todo gratuito” y del “todo y enseguida” que va en contra del respeto de los profesionales de la cultura y de las obras mismas. Acostumbrar al público a una calidad mediocre de subtitulado (…), fomentar el pirateo, todo eso tiene pocas probabilidades de desembocar en un enriquecimiento satisfactorio de las ofertas legales, para los usuarios tanto como para los suministradores. (…)

Los profesionales de la traducción contribuyen a salvaguardar las obras del intelecto que este sistema puede transformar en simples productos de consumo a gran escala (…)[1]

Calidad discutible…

En efecto, el fansubbing tiene inconvenientes. Si bien se pueden encontrar traducciones más que correctas, también se encuentran gazapos. El Tumblr francés Les Sous-titres de la honte[2] (Los Subtítulos de la vergüenza) hace una larga lista: faltas de ortografía, errores de traducciones desde las omisiones hasta los contrasentidos, mal uso de las reglas técnicas de los subtítulos… 

…y perjuicio a la profesión

Como la carta de la ATAA explica, este proceso vehicula una imagen errónea de la profesión y favorece por consiguiente la incomprensión entre el cliente y el traductor: ya que los fansubbers pueden hacerlo en una noche y gratuitamente, ¿por qué un traductor necesitaría más tiempo?

Además, cabe recordar que el subtitulado salvaje es ilegal, porque es contrario a los derechos de autor, aunque sigue existiendo confusión a nivel jurídico. Sin embargo, en Francia, se trata de un delito castigado con 2 años de prisión y una multa de 300.000€ (fuente: ATAA).

Nunca se insistirá lo suficiente: traducir requiere tiempo

Hoy en día, seguimos la lógica del “todo y enseguida”, en palabras de la ATAA. Desafortunadamente, una película, una serie, como un libro, como cualquier texto, se compone de matices, de sutileza, de varias referencias, sin hablar del estilo del autor. ¿Aceptaríais, por impaciencia, leer una novela traducida deprisa y corriendo, que por consiguiente no podríais entender en toda su complejidad? La traducción es un trabajo demasiado complejo para ser compatible con esta lógica. Hacer mejor y hacer más rápido son dos conceptos irreconciliables.

No queremos esperar y no queremos pagar. Sin embargo, la calidad se paga. Y los traductores audiovisuales tienen dificultades para ser entendidos a este nivel, enfrentándose a la baja de las tarifas mientras que se les exige más rapidez, lo que hace sus condiciones de trabajo muy difíciles.

La traducción es un trabajo verdadero, que necesita competencias precisas y una formación adecuada. El traductor audiovisual no sólo tiene que utilizar sus competencias lingüísticas sino también adaptarlas a una tecnología, con todas las obligaciones que esto supone: restricción de los caracteres para facilitar la lectura sin afectar la comprensión del contexto para los subtítulos, adaptación de la traducción según los movimientos labiales de los actores para el doblaje… Por lo tanto, es bastante triste e incluso hiriente leer/oír comentarios que ponen en tela de juicio la legitimidad del traductor profesional y de su formación.

La tentación es cada vez más fuerte, pero hay que aceptar que ciertas cosas siempre necesitarán tiempo. Todo no puede ser instantáneo. Sólo depende de nosotros -traductores, clientes, productores- adaptarnos a todas estas condiciones y hacer que el fansubbing quede en una toma de conciencia de la demanda, y sea un primer paso hasta el desarrollo de las ofertas legales.

[1] Leer toda la carta en la página de la ATAA : http://www.ataa.fr/blog/lataa-dans-le-courrier-des-lecteurs-du-monde-diplomatique/

[2] http://lessoustitresdelahonte.tumblr.com/

 

Fansubbing : nouveau danger pour les traducteurs ?

Le fansubbing, ou sous-titrage sauvage comme il est désigné en France, est le sous-titrage de séries/films tout juste sortis dans leur pays d’origine, réalisé bénévolement par des fans. Une pratique louable à première vue, puisqu’il s’agit de faire partager aux spectateurs le dernier épisode de leur série préférée dès sa sortie ou presque.

Fansubbers VS traducteurs-adaptateurs

Il est vrai que cette pratique répond à une demande forte : nous spectateurs et téléspectateurs refusons d’attendre pour voir notre série préférée doublée dans notre langue maternelle, souvent des mois après sa sortie dans le pays d’origine. Nous acceptons alors d’être peu regardants sur la qualité des sous-titres (et par la même occasion sur la loi) et de télécharger la version sous-titrée par des fans dévoués dès le lendemain voire quelques heures après leur diffusion en VO.

Cette pratique apparemment altruiste a en fait des conséquences non négligeables sur l’activité elle-même, qui (le saviez-vous ?) est un véritable métier, avec des règles techniques à respecter, des compétences à maîtriser, et des traducteurs professionnels pour l’exercer. On les appelle les Traducteurs Adaptateurs de l’Audiovisuel. L’Association qui les regroupe (ATAA) a récemment dénoncé le sous-titrage sauvage, via une lettre ouverte, en réponse à un article décrivant cette pratique de façon assez partiale. En voici un extrait :

Faire croire que n’importe qui peut sous-titrer un épisode de série de façon satisfaisante, sans connaissances professionnelles et au mépris des règles de l’art, a clairement pour conséquence de dévaloriser cette profession, aux yeux des donneurs d’ordre comme de l’opinion publique. (…)

Le fansubbing alimente une logique du « tout gratuit » et du « tout, tout de suite » qui va à l’encontre du respect des professionnels de la culture et des œuvres elles-mêmes. Habituer le public à une qualité médiocre de sous-titrage (…), encourager le piratage, tout cela a peu de chances d’aboutir à un enrichissement satisfaisant de l’offre légale, pour les utilisateurs comme pour les prestataires. (…)

Les professionnels de la traduction contribuent à sauvegarder les œuvres de l’esprit que ce système risque de transformer en simples produits de consommation de masse. (…)[1]

Une qualité discutable…

Le fansubbing n’a effectivement pas que du bon… Si l’on trouve des traductions honorables, on trouve aussi fréquemment des perles. Le Tumblr français Les Sous-titres de la honte[2] en répertorie sur plusieurs pages : fautes d’orthographe, erreurs de traductions, de l’omission au contresens, mépris des règles techniques du sous-titrage…

…et un préjudice à la profession

Comme le dit très bien la lettre de l’ATAA, ce procédé véhicule une image erronée du métier, et favorise par conséquent l’incompréhension entre les clients et les traducteurs : puisque les fansubbers peuvent le faire en une nuit et gratuitement, pourquoi un traducteur aurait besoin de plus de temps ?

A ne pas oublier par ailleurs : le sous-titrage sauvage est illégal, car contraire aux droits d’auteur, bien que la confusion règne encore au niveau juridique. En France cependant, il s’agit d’un délit passible de 2 ans d’emprisonnement et de 300 000€ d’amende (source : ATAA).

On ne le dira jamais assez : la traduction prend du temps

Actuellement, nous suivons la logique du « tout, tout de suite » pour reprendre les mots de l’ATAA. Malheureusement, un film, une série, comme un livre, comme n’importe quel texte, est fait de nuances, de subtilité, des références, sans oublier le style de son auteur. Accepteriez-vous, par impatience, de lire un livre traduit à la va-vite, dont vous ne pourriez par conséquent saisir toute la complexité ? La traduction est un travail trop complexe pour être compatible avec cette logique. Faire mieux et plus vite sont deux concepts incompatibles.

Nous ne voulons ni attendre ni payer. Pourtant la qualité a un prix. Et les traducteurs audiovisuels peinent à se faire entendre sur ce point, faisant face à des baisses de tarif tout en étant sommé d’aller plus vite, et travaillant ainsi dans des conditions difficiles.

La traduction est un vrai travail, qui nécessite des compétences précises et une formation adéquate. Le traducteur audiovisuel doit non seulement utiliser ses compétences linguistiques mais doit aussi les adapter à une technologie, avec toutes les contraintes que cela suppose : restriction des caractères pour faciliter la lecture sans affecter la compréhension du contexte pour le sous-titrage par exemple, adaptation du texte aux mouvements labiaux des acteurs pour le doublage… Il est donc assez consternant voire blessant de lire des commentaires remettant en cause la légitimité du traducteur professionnel et de sa formation.

La tentation est toujours plus forte… mais il faut accepter que certaines choses prendront toujours du temps. Tout ne peut pas être instantané. A nous donc, traducteurs, clients, producteurs, de nous adapter à toutes ces conditions et de faire que le fansubbing reste une prise de conscience de la demande, et un premier pas vers le développement d’offres légales.

[1] A lire en intégralité sur le site de l’ATAA : http://www.ataa.fr/blog/lataa-dans-le-courrier-des-lecteurs-du-monde-diplomatique/

[2] http://lessoustitresdelahonte.tumblr.com/

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